“Historia de un jardín muerto y de un
pájaro rojo”
Este es el
primer libro en solitario de María José Vidal, nacida en El Ferrol, gallega y
canaria de adopción, donde reside desde hace algunos años. Es licenciada en
Filología Hispánica por la
Universidad de Santiago de Compostela y profesora de Lengua y
Literatura españolas. Este es su primer libro en
solitario, editado por Ediciones Vitruvio, al que preceden otras publicaciones
colectivas, tanto poesía como relato. También ha publicado poemas en medios de
comunicación como "El Correo Gallego" o "El País".
“He muerto en el
viento, en cada flor que cae he muerto”.
La infancia de María José murió sin vida,
sin vivirla, ¿y podemos llamar vida la que viven los pájaros rojos, que habitan
nidos construidos con hilos de tinieblas, en jardines que han muerto?
Son tinieblas que habitan un alma todavía
intacta, que teje muñecas de sombras en un futuro pretérito, que avanza hacia
un exilio que no merecen las culpas ajenas.
Es la historia de un jardín muerto y de
un pájaro rojo, un compendio de
imágenes, imágenes oscuras de noches desveladas,
en las que se le aparecen poetas suicidas que muestran la fotografía de un
cuerpo plagado de heridas ulceradas, quizás de un padre firme en su
autoritarismo convicto, verdugo ejecutor semejante a esa pléyade de seres
iluminados que nos robaron los sueños a muchos de los niños y jóvenes de
entonces.
Y
vinieron más sombras que ocultaron los espejos en los pasillos de la soledad. Solo
la luz artificial cada noche, y voces que decían eran de dios, de dioses
imaginarios e inclementes que interpretaban obscenamente música de Vivaldi en
los funerales de Leopoldo María Panero, los mismos dioses que llevaron una
almohada de rosas rojas al velorio de Alejandra Pizarnik, para expiar su terrible
pecado de divino homicidio.
Y
había un hombre muerto, que anidó en las piedras muertas de las tardes muertas,
hasta que las cuencas vacías de sus ojos le mostraron a Alfonsina Storni
avanzando hacia el horizonte del mar de las esperanzas utópicas. Y no, no fue
un sueño, María José, quizás tu historia poética empieza ahora, subida en la
barca de Caronte, protagonista al fin de tu propia vida, hacia el infinito.
Fernando
Sabido Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario